sábado, 12 de octubre de 2013

Dubois fue un distinto en el fútbol

Dubois fue un jugador recordado más por sus actos fuera de la cancha que por su habilidad con la pelota. Salió a jugar con la cara pintada, denunció a dirigentes y más.


Darío Enrique Dubois fue un defensor central que jugó toda su carrera en el fútbol de ascenso. Comenzó en Yupanqui en 1994 y luego vistió las camisetas de Lugano, Deportivo Laferrere, Midland, Victoriano Arenas, Sacachispas, Deportivo Riestra y Cañuelas. Es recordado por mostrar que el jugador del Ascenso tiene principios marcados, por defender esos principios, por luchar por lo que les corresponde y, tal vez el aspecto más llamativo, por haber salido a jugar 14 partidos con la cara pintada como los músicos de Kiss.
Dubois maquillándose antes de un partido.
Empezó a maquillarse de esta forma en el año 1998 porque había empezado a escuchar música satánica o Black Metal y sentía que así le daba más fuerza en la cancha: “Salís para guerrear y los matás a los rivales”. Siempre utilizó los mismos colores, blanco y negro, para mezclar la música que él escuchaba con el fútbol. ¿Cómo hacía para pintarse antes de los partidos? Su novia, que era travesti, le facilitaba las pinturas luego de la entrada en calor así se podía maquillar antes de salir al campo de juego. Los dirigentes de su club no le negaron su idea mientras que el rendimiento dentro de la cancha siguiera siendo el mismo. Dejó atrás este ritual porque la Asociación del Fútbol Argentino le prohibió jugar en esas condiciones.
En dos oportunidades tuvo problemas con los sponsors de su club. En 1995 vistiendo la camiseta de Lugano, la empresa patrocinadora les había prometido un premio por cada partido ganado; y al no haber recibido el premio en tres fechas, Dubois decidió tapar la publicidad del pecho de su camiseta. ¿Cómo? Con cinta aisladora, pero se la olvidó. Cuando estaba saliendo a la cancha agarró barro con una mano y se lo esparció por el pecho de la camiseta, lugar donde estaba ubicada la publicidad. En 1996, también jugando para Lugano, en un partido frente a Sacachispas, clásico rival de su club, decidió, junto con otros compañeros, no salir a jugar el partido porque la empresa que los patrocinaba no les había pagado lo que les correspondía. Querían convencerlos de jugar el partido, pero no pudieron, y al ver que no cedían, a los 10 minutos aparece un remis con el dinero que les adeudaban.
Dubois ya maquillado y en el campo de juego
Una vez le sacó $1500 a un referí. Ocurrió en un partido entre Midland y Excurcionistas en 2001 en el que Midland ganó 2-1, pero el equipo del Bajo Belgrano consiguió la chance de participar en el reducido por el ascenso a la B Metropolitana. En este partido, Dubois fue expulsado por doble amarilla. La segunda amarilla, según contó el protagonista, fue por “un empujón, una falta simple” y Juan Carlos Moreno lo expulsó. Al momento en el que le mostraba la tarjeta roja se le cayeron $1500 del bolsillo, por lo que Dubois se agacha a buscarlos y le dice “esto es por echarme y me estás sacando el premio que me iban a dar”. Acto seguido, Dubois es perseguido por dirigentes, árbitros y jugadores hasta que, en la puerta del vestuario, le devuelve el dinero para no ser sancionado con una pena mayor.
Para seguir mostrando que no se dejaba pisotear por nadie, denunció a Juan José Castro, dirigente de Juventud Unida y candidato a la reelección en el partido de San Miguel, los intentó sobornar para que perdieran el partido entre Juventud Unida y Victoriano Arenas.
Tuvo que dejar el fútbol a los 35 años a causa de la rotura de un ligamento de su rodilla y a que ni Victoriano Arenas, su club en ese entonces, ni Futbolistas Argentinos Agremiados le pagaron la operación con un médico deportólogo, como debería haber ocurrido. A causa de esto, le inició un juicio al club.

No le gustaba el fútbol, le gustaba el entrenamiento que hacía a causa del deporte y el nivel de competencia. Sumado a esto, la plata que ganaba en el fútbol la usaba para complementar la que ganaba con la música. Era operador de sonido y músico, tocó en Corré  Guachín (cumbia) y Tributo Rock (haciendo un tributo a Vox Dei). El 2 de marzo de 2008, saliendo de un local donde trabajaba como sonidista en Isidro Casanova recibió dos balazos, uno en el abdomen y otro en el fémur, por lo cual tuvo que ser internado y luego falleció el 17 de marzo a causa de las hemorragias internos que se produjeron en su cuerpo.


Andrés Yacoubian (@andiyaco)

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